Seguramente, en algún viaje a una gran ciudad os habéis encontrado una atracción llamada The Dungeon («la mazmorra») y os habéis preguntado en qué consistía. Nosotros probamos la de Edimburgo (The Edinburgh Dungeon) y la de Blackpool (The Blackpool Tower Dungeon) a continuación os contamos nuestra experiencia.
¿Qué es The Dungeon? Origen y actualidad:
La primera en inaugurarse fue The London Dungeon, en 1974. En sus inicios consistía principalmente en un “museo de los horrores y lo macabro”.
La propuesta se ha ido complementando con los años, convirtiéndose actualmente en una visita interactiva y teatralizada que transcurre por los episodios más oscuros del pasado de la ciudad. Desde grandes incendios, plagas, salas de torturas, o asesinos célebres, hasta las famosas condenas a ahorcamientos públicos.
The Dungeon es una experiencia difícil de categorizar, porque además de todo lo anterior, también incluye atracciones mecánicas como Drop Dead. Así que diríamos que es una suerte de pasaje del terror light, con diferentes mini-escenas inmersivas con actores, y todo ello aderezado con chutes de adrenalina provocados por algunas atracciones. En fin, como os decíamos, inclasificable ;)
A día de hoy existen 8 Dungeons por el mundo. Londres, Amsterdam, Berlin, Blackpool, Hamburgo, San Francisco, York y la de Edimburgo. Por lo que hemos leído en la red, todas tienen un desarrollo y dinámica similar, así que este análisis no debería diferir mucho al de las otras experiencias.
Destacar también que The Dungeon pertenece al mastodóntico grupo Merlin Entertainments, propietario, entre otros, de los parques de atracciones Alton Towers, Thorpe Park, Legoland y los famosos museos de cera Madame Tussaud’s.
Tematización:
The Dungeon está muy bien recreado. Se nota que es una atracción permanente y con una fuerte inversión detrás. El recorrido es bastante largo, de aproximadamente 80 minutos, e incluye numerosas escenas, decorados sorprendes y muchos efectos de iluminación.
Todo esto viene complementado con las actuaciones de múltiples personajes que interactúan con nosotros en el recorrido.
Aquí puede venir el principal inconveniente si no dominas el inglés. El lenguaje que utilizan los actores es de época, con un léxico complejo para alguien no nativo. Además, muchos personajes son de los “bajos fondos”: hablan rápido, recortan las palabras y usan mucha jerga. Vamos, que es difícil quedarte con todo el discurso, aunque sí que se puede intuir la trama principal de la historia.
Igualmente, eso no impide disfrutar The Dungeon porque lo más relevante es sin duda la escenografía y las atracciones.
Scare Factor:
En nuestra opinión, es un espectáculo muy suave en este aspecto.
Si estáis acostumbrados al terror os encantará por la ambientación y la temática, pero no pasaréis miedo. Las personas más asustadizas o menores de edad sí que pueden “sufrir” un poquito.
Sin ser un pasaje del terror al uso (ya que la teatralización y la interacción con los personajes cobra mayor relevancia), la ambientación es oscura y en algún momento nos podemos llevar algún susto.
Intensidad:
Como os decíamos más arriba, el recorrido incluye la atracción “Drop Dead” (pueden variar según el “Dungeon” elegido).
No es muy intensa, pero sí que puede sorprender a las personas con vértigo. No queremos entrar en detalle para no hacer spoiler, pero seguramente ya os hacéis una idea por el nombre en qué puede consistir.
Es una atracción opcional. Si no te apetece subir, evidentemente no te obligan. Tampoco tiene sobrecoste, está incluida en la entrada.
The Edimburgh’s Dungeon también tiene un laberinto de espejos, pero la puntuación de este apartado se refiere a Drop Dead.
Experiencia global:
Si estáis de turismo en una de las ciudades en las que está presente The Dungeon y os gusta el terror, no está de más que la incluyáis en la lista. Es una atracción muy entretenida y tiene muchos aspectos positivos. Cuenta con un recorrido muy completo de 60 minutos de duración aproximadamente, con excelentes decorados, actores profesionales y con la guinda de la atracción Drop Dead.
La experiencia es más cercana al teatro que a un pasaje del terror. Por eso, advertimos que es recomendable tener un nivel de ingles avanzado para disfrutarla en su justa medida, ya que uno de sus puntos más destacados es la interacción de los actores con el público y las historias que cuentan. Al ser en directo, no hay audioguías en otros idiomas.

The Dungeon cuesta unos 25 € con compra anticipada online (en taquilla un 30% más caro), pero al pertenecer al grupo de Merlin Entertainment, mirad las ofertas de entradas combinadas con otras atracciones ya que os pueden dar bastante descuento (por ejemplo, en Londres con Madame Tassaud’s o London’s Eye).
¿Y vosotros? ¿Habéis probado The Dungeon? ¿A cuál habéis ido? ¿Cómo ha sido vuestra experiencia?
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